Las llamadas ratas topo lampiñas son conocidas por tener algunos de los más impresionantes superpoderes de entre todos los mamíferos. Pueden resistir el cáncer, desafiar el proceso habitual de envejecimiento, sobrevivir casi 20 minutos sin oxígeno y tolerar niveles sorprendentemente altos de dolor.

Pero resulta que estos dotados roedores altamente sociales tienen un pequeño secreto desagradable que los hace más supervillanos que superhéroes. Las ratas topo lampiñas (o desnudas) (Heterocephalus glaber) secuestran a los bebés de los demás y los convierten en esclavos.

Un equipo de biólogos de la Universidad de Washington realizó un experimento en el que capturaron y liberaron ratas topo para rastrearlas para un estudio de campo en Kenia. Encontraron que 26 colonias expandieron sus madrigueras a colonias vecinas. Sin embargo, nunca se volvió a ver a los individuos de 13 de las colonias invadidas.

Un año después de revisar una de estas colonias, encontraron dos cachorros en una colonia invasora que parecía haber sido de una colonia invadida, pero el equipo no podía estar seguro de que no fuera solo un error.

“Simplemente no teníamos las herramientas para asegurarnos de que no había cometido un error”, dijo a New Scientist el investigador Stan Braude. Pero el análisis genético de los tejidos que recolectaron ahora ha confirmado lo que presenciaron.

“Los cachorros secuestrados por la colonia QQ se convirtieron en trabajadores no reproductivos”, escribió el equipo en su artículo, “por lo que su esfuerzo vital se categorizaría como esclavitud, en el mismo sentido que las hormigas esclavistas”.

El comportamiento de secuestro de ratas topo desnudas se había presenciado anteriormente en las condiciones antinaturales de un laboratorio, pero esta es la primera vez que se confirma en la naturaleza.

Cabe destacar que la mayoría de estos individuos son además, estériles al igual que en las colonias de hormigas o abejas. Solo una reina puede reproducirse, y reclama su trono a través de una batalla asesina por el dominio. Puede dar a luz hasta 30 cachorros por camada y convence a las hembras subordinadas para que las cuiden.

Si bien el secuestro también ocurre en algunas especies de primates, el equipo señala que este comportamiento es más parecido al que se observa en las hormigas esclavistas, como la Formica sanguinea. Estos insectos secuestran larvas y pupas de otras especies y las crían como parte de su fuerza laboral.

El robo de cachorros sin duda aumentaría la mano de obra necesaria para encontrar recursos escasos en su duro y árido entorno y les ayudaría a construir sus elaboradas casas subterráneas que pueden extenderse por kilómetros en la longitud acumulada del túnel.

El equipo cree que la agresión feroz entre las colonias de ratas topo desnudas puede estar impulsando la evolución de grupos de gran tamaño, y la esclavitud permite que las colonias en expansión aumenten su ventaja competitiva sobre los vecinos.